jueves, 2 de julio de 2015

El avaricioso quiere y poco o nada da, de una desproporción entre lo que gana y lo que gasta nace uno de los hombres más egoístas de la sociedad; y no en vano, los hombres de espíritu elevado no van tras sus deseos más vehementes, pues nadie es más feliz  por buscar que por no necesitar. Hay otros que nada tienen y mucho dan, estos aun así siguen en desproporción y caen en el error de gastar e ir en busca de placeres viciosos, o son camuflaje de la avaricia como en los juegos de azar,o en el mejor de los casos lo usa para un fin noble pero igual no queda nada para él, siendo esta situación mejor que la primera, pero pese a esto hay una justa medida: el que gana y gasta en lo que conviene, y más aún lo gana de forma honrada y lo gasta en lo necesario como en lo bueno para los demás, ese es el virtuoso que bien sabe administrar.